La Reserva Federal puede tener que frenar las subidas de tipos el primer trimestre
Por Steve Donzé, estratega de macroeconomía de Pictet AM.
La Reserva Federal de EEUU puede lamentarse de haber sugerido que retirar el estímulo monetario de la era de la crisis sería como «observar cómo la pintura se seca«.
Hay que tener en cuenta que, desde octubre de 2017, cuando comenzó a reducir activos en su balance, ha elevado el coste de financiación un 1%, a lo que se añade el equivalente a 0,35% por haber reducido activos en su balance por valor de 350.000 millones de dólares. Esto ya ha comenzado a pesar en industrias tradicionalmente más sensibles a los tipos de interés, incluyendo automóvil y vivienda, que juntos conforman una décima parte de la economía estadounidense. Lo siguiente puede ser la inversión empresarial, responsable del 15% del PIB.
De momento el mercado de bonos ha descontado la posibilidad de que aumenten los tipos de interés aumenten adicionalmente 0,5% hasta finales de 2019, incluyendo este mes, y que reduzca el tamaño de su balance en más de 500.000 millones de dólares, equivalente a otra subida de 0,5%.
Esto puede dejar la economía estadounidense en estado más frágil. Según nuestros cálculos, un 1% de endurecimiento de las condiciones financieras típicamente conduce a reducción de 1% del crecimiento del PIB el año siguiente.
De hecho es poco probable que la economía de los EEUU pueda crecer suficientemente rápido para justificar tal endurecimiento. A ello se añade la persistencia de tensiones comerciales entre EEUU y China, el desvanecimiento de los efectos de recortes de impuestos, así como el gasto gubernamental. Así que el riesgo de una caída del PIB real dos o más trimestres ya no parece una distante posibilidad.
De manera que la Reserva Federal puede tener que detener las subidas de tipos de interés incluso el primer trimestre de 2019. Frenar las ventas de activos en su balance es más problemático, pues puede enfrentar la institución monetaria con el Congreso. Aun así, puede ser una opción si, como señala James Bullard, el presidente de la Reserva Federal de St. Louis, se observan «grietas» en la economía.
Ahora bien, si la Reserva Federal pausa la subida de tipos de interés los de corto plazo caerán más rápido, provocando inclinación de la curva de rentabilidades a vencimiento de la deuda del Tesoro de EEUU. Además y tal vez más importante, el dólar, más sensible a los movimientos de los plazos cortos, se debilitaría, proporcionando cierto alivio a las economías de mercados emergentes, donde gran número de empresas ha acumulado considerable deuda en dólares. Pero, en función de si y cuándo la Reserva Federal frenara la reducción de su balance, los tipos de interés a largo plazo bajarían a mayor ritmo que los de a corto plazo. Como ha demostrado la última década desde la crisis financiera de 2008, las complejidades de formulación de política monetaria de la Reserva Federal nada tiene que ver con “observar como la pintura se seca”.