La atención activa al cliente y el asesoramiento positivo
Conformarse con el “menor de los males” en vez de elegir la mejor opción es, desde el punto de vista de Cohebu, contraria a la naturaleza propia de elegir, si destacamos de esta acción la connotación de “preferencia” de una opción sobre otra. Ésta puede ser la gran diferencia entre el trabajo bien hecho de un profesional y un mero despachador de productos, porque el primero, nunca permitirá que uno de sus clientes tenga que conformarse con un “mal menor”.
Para alcanzar este objetivo el factor determinante es, sin duda, no sólo la capacitación profesional sobre el mercado, sino el conocimiento profundo del cliente, aprovechando cada contacto para generar confianza y unificar toda la información disponible sobre el mismo para configurar productos y servicios a medida.
En la mayoría de las ocasiones nos encontramos con incidencias que pueden parecer más o menos comunes o globales, pero en Cohebu piensan que su ventaja competitiva está precisamente en encontrar la mejor forma de atajarlo para un cliente en concreto y adaptar los estándares universales a demandas personalizadas.
En definitiva, se trata de adaptar el modelo de negocio a la “glocalización” y pensar en global pero actuar en local, optimizado para ello el conocimiento del medio y las circunstancias “localizadas” ante un siniestro o durante el asesoramiento en la toma de decisiones del proceso de contratación de un cliente.
Porque existen una pluralidad de opciones ante un mismo problema, nuestra obligación deontológica es ayudar a cada cliente a elegir –destacando aquí la connotación de preferencia de la palabra- la mejor de las soluciones, que por supuesto es única e intransferible en cada caso.