La alternativa de la inversión temática para superar las turbulencias de los mercados
Invertir a largo plazo y con la cabeza fría son dos máximas que la mayoría de los ahorradores tiene muy presente a la hora de evitar tomar decisiones precipitadas en los momentos en que los que hay turbulencias en los mercados. Sin embargo, con frecuencia resulta mucho más difícil ponerlo en práctica. Sin embargo, Guy Davis, director de inversión adjunto en BNP Paribas AM, tiene claro que tanto la gestión activa como la toma de decisiones ágiles e informadas son claves para ejercer un control efectivo sobre la cartera aun en las coyunturas financieras más complicadas.
De hecho, en su opinión, una de las alternativas que se han demostrado como más eficaces en los últimos años es la de la inversión temática, identificando fuerzas de largo plazo que son las que en verdad están contribuyendo a formar las industrias del mañana. A juicio de Davies, apostar por el largo plazo y por una diversificación con amplitud de miras (y siempre, eso sí, bajo el asesoramiento profesional) son elementos clave para tener éxito y optar en el horizonte lejano a batir el comportamiento en forma de rentabilidad que tienen los mercados.
Davies es, incluso, más juicioso si cabe al valorar las inversiones temáticas bajo el yugo de unas rentabilidades cada vez más escasas globalmente, pero que, en un contexto de inflación elevada, obliga a los inversores a intentar encontrar nuevas fórmulas para, al menos, batir el comportamiento de los precios en horizontes temporales largos. Incrementar la exposición a las megatendencias que puede conformar la economía del mañana es, sin duda, una buena filosofía.
Es más, Davies incluso reflexiona sobre el carácter deflacionista de algunas áreas temáticas, sobre todo ligadas a la tecnología o a la transición energética, lo que, sumado a la tendencia a un mayor uso o consumo por parte de la sociedad las confiere un atractivo indudable. En este contexto, aboga por “no tomar decisiones impulsivas”, ya que ser demasiado activos e implementar demasiados cambios en la composición de las carteras puede terminar siendo una mala decisión. Por ello, incide en que, todavía con mayor firmeza en los momentos de inestabilidad en los mercados, uno de los principales objetivos de todo inversor es el de evitar la pérdida de capital, reforzando, por ejemplo, el posicionamiento en los activos que sean de su más amplia convicción.