Kesler & Casadevall: “La etiqueta de independiente quedará reservada para unos pocos”
José Manuel Vicente Casadeval, socio de kesler & Casadeval, publica un artículo en el diario Cinco Días en el que subraya las ventajas que tendrá la independencia del asesor financiero una vez que entre en vigor la directiva MiFID II, aunque considera que esa independencia no será la tónica general, sino que quedará reservada a unos pocos. Casadeval señala que, “como una de las poquísimas entidades en España (se pueden contar con los dedos de una mano) que desde su autorización por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) en el año 2010 decidimos operar en un modelo puro y exclusivo de cobro directo al cliente, nos encontramos en una situación privilegiada para entender las previsibles consecuencias de los cambios que se avecinan con la entrada en vigor de una nueva normativa europea, MiFID II. Esta directiva, de obligada trasposición a la normativa española por parte de la CNMV en poco más de un año, puede tener un fuerte impacto en el sector de la gestión de activos”.
Cambio radical en la forma de hacer negocios
Sostiene, además, que los cambios que se avecinan afectarán a la forma de hacer negocio: “En el momento presente más del 99% del sector por volumen opera en un modelo de negocio que en nuestra opinión no es adecuado para la protección del ahorrador o inversor”. A su juicio, en el modelo actual “se produce esta extraña y perniciosa situación análoga a lo que sería que un médico o farmacéutico por ejemplo le recetara aquellos medicamentos que mayor margen/ingresos le proporcionaran independientemente de si son idóneos para el cliente”.
Opina que este modelo “está condenado a etiquetarse bajo la nueva normativa que viene como dependiente. A pesar de lo ‘feote’ del término, en estos momentos la información de la que dispongo y que circula por el sector es que la práctica totalidad de las entidades optará por este modelo. Grandes estructuras y negocios heredados, difíciles de cambiar, estarían detrás del mantenimiento de las formas de hacer negocio.
La etiqueta de independiente quedará reservada para unos pocos cuyo modelo será cobrar una cantidad de forma directa por sus servicios profesionales de forma exclusiva. Lógicamente, en el mejor interés de estas entidades estará recomendar al cliente aquellos productos financieros y composición de cartera más eficientes en coste y calidad. La lógica y la experiencia real nos revelan que la mejora de rendimiento para un mismo perfil de riesgo y situación personal es segura y puede llegar a alcanzar del orden del 3%-4% anual, lo que, para un plazo suficientemente largo, puede representar cantidades ingentes de dinero”.
Otra de las derivadas de la nueva normativa, afirma Casadeval, será que, “para realizar recomendaciones, no bastará como hasta ahora con un ‘el valor se le supone al guerrero’, sino que habrá que demostrar que se está cualificado y que se han analizado en profundidad y detalle los productos financieros. Así, en el mundo de la recomendación de los fondos de inversión, habrá que demostrar que se han analizado con la diligencia debida los mismos».