Jupiter AM alerta de los riesgos bajistas en un mercado marcado por el repunte de la volatilidad
La gestora Jupiter AM ha publicado un documento de Perspectivas 2019 que incluye las previsiones de algunos de los gestores más prestigiosos de la firma para cada una de sus estrategias de inversión, de cara a intentar vaticinar cuáles serán las principales tendencias macroeconómicas del próximo curso. El final de ciclo en EEUU, la previsible ralentización de la economía china y las dudas sobre el comportamiento de la renta variable serán algunas de las claves a seguir en un contexto donde la volatilidad será consustancial a las estrategias de los inversores.
A continuación, se reproducen algunos de los artículos recogidos en el citado documento:
Preparándonos para el fin del ciclo económico – Ariel Bezalel, gestor Jupiter Dynamic Bond Fund
A lo largo de 2018 nos hemos ido preparando para el fin del ciclo económico, ya que creemos que la Reserva Federal y su doble estrategia de endurecimiento monetario y subidas de tipos es el catalizador definitivo para una desaceleración en la economía mundial y también en EE. UU. Este año hemos asistido a varias explosiones de volatilidad, desde la oleada de ventas en los mercados emergentes hasta la reciente corrección bursátil de octubre. Creemos que la principal razón para el repunte de la volatilidad ha sido la Fed, de la mano de la reducción de su balance y la subida de sus tipos de interés. Del Banco Central Europeo también se espera que ponga fin pronto a sus estímulos cuantitativos, lo que podría agravar las tensiones de liquidez. Ahora que el dólar estadounidense está revalorizándose con las subidas de tipos de la Fed, no nos sorprende que la retirada de liquidez en el mundo se dejara sentir primero en unos mercados emergentes que habían acumulado grandes cantidades de deuda denominada en dólares.
Sin embargo, en nuestra opinión esta desaceleración de los mercados emergentes también perjudicará inevitablemente a las economías desarrolladas. A modo de ejemplo, el índice mundial de directores de compras del sector manufacturero —un indicador clave del crecimiento económico— lleva varios meses a la baja este año a causa de la ralentización de la economía china. China es una de las locomotoras del crecimiento del PIB mundial, y los mercados emergentes dependen enormemente del crecimiento chino. Esta dinámica terminará afectando a los mercados desarrollados, ya que los mercados emergentes suponen alrededor del 60% del PIB mundial y el 80% de su crecimiento. En este contexto, no es ninguna sorpresa que los datos económicos de Europa hayan comenzado a empeorar; así, algunas locomotoras industriales como Alemania y Suecia se han visto afectadas por la desaceleración de China.
Esta desaceleración del crecimiento mundial, junto con los volúmenes récord de deuda entre los consumidores y las empresas en EE. UU. y el aplanamiento de la curva de rendimientos, es lo que nos lleva a mantener una alta convicción en los bonos del Tesoro de EE. UU. y rechazar el riesgo. Creemos que es solo cuestión de tiempo que la Fed tenga que detener las subidas de tipos, ya que los problemas de otras regiones llegarán irremediablemente a las costas estadounidenses. Seguimos recurriendo al alcance mundial del fondo para encontrar rendimientos atractivos. Recientemente, hemos aprovechado oportunidades en áreas de los mercados emergentes (un buen ejemplo de ello es el papel a corto plazo de Argentina) y negocios defensivos en el mercado de bonos High Yield (como empresa sanitarias estadounidenses), pero en este punto del ciclo económico seguimos siendo muy conscientes de la necesidad de equilibrar el potencial alcista con los crecientes riesgos bajistas.
Encontrar el equilibrio: ¿Regreso a la normalidad? – Talib Sheikh, gestor del Jupiter Flexible Income Fund
En 2019 estaremos atentos por si los mercados internacionales pueden alcanzar un nuevo equilibrio que conjugue los tipos de interés más altos y la reducción de la liquidez extraordinaria sobre un trasfondo caracterizado por lo que creemos que son unas perspectivas aceptables de crecimiento económico mundial sin brillo, pero constante. Si los últimos cuatro meses de 2018 sirven como referencia, solo cabe esperar un viaje accidentado. Durante los últimos diez años, los bancos centrales han sostenido los mercados manteniendo los tipos de interés en mínimos históricos y recurriendo a los estímulos cuantitativos para inyectar alrededor de 15 billones de dólares en la economía mundial con el fin de impulsar el crecimiento tras la crisis financiera de 2007-2008. Estas medidas han traído consigo una considerable distorsión de los precios de los activos: solo en el mercado de renta fija, existen alrededor de 8,5 billones de dólares de títulos de deuda pública, con un 27,5% de bonos de la zona euro cotizando con rendimientos negativos, o lo que es lo mismo, con los inversores pagando por tenerlos en cartera.
Los bancos centrales, encabezados por la Reserva Federal de EE. UU., saben que esta situación no es sostenible a largo plazo; de hecho, a esta política siempre se la tildó de heterodoxa. Si los tipos han subido durante los dos últimos años, ha sido porque la Reserva Federal cree, al igual que nosotros, que el crecimiento económico mundial se ha fortalecido lo suficiente como para soportar unos costes de financiación más altos. Huelga decir que la transición ha sido difícil debido a la volatilidad en los mercados y que la mayoría de clases de activos más allá de la liquidez están en negativo en el año. Los mercados emergentes se han llevado la peor parte: los países y empresas de la región han acumulado una cantidad importante de deuda denominada en dólares cuya devolución se vuelve más cara a medida que el dólar se revaloriza al calor de las subidas de los tipos de interés. La pregunta es: ¿Aprenderán finalmente los mercados a adaptarse a unos tipos más altos si el crecimiento económico sigue aguantando?
Entretanto, aunque el mercado sigue volátil, optamos por mantener nuestro fondo invertido en activos de mayor calidad, como los bonos y acciones de EE. UU., impulsados en ambos casos por el excepcional crecimiento económico de este país. Dedicamos muchos esfuerzos a la diversificación y mantenemos un enfoque ágil. Otras áreas que nos gustan son la deuda corporativa de los mercados emergentes y los instrumentos de deuda del sector financiero, aunque en general la renta variable representa una parte más pequeña de nuestra cartera de lo que es habitual debido al entorno actual en los mercados. La fuerte oleada de ventas que han sufrido los mercados durante los últimos meses ha creado oportunidades y obviamente hay puntos en los que los activos están tan baratos que podríamos vernos tentados a elevar ligeramente el riesgo en nuestras carteras. Todavía nos encontramos lejos de ese punto, pero cuando lleguemos, probablemente estemos ante una señal de que los mercados se han ajustado hasta encontrar un nuevo equilibrio entre liquidez y crecimiento económico.
Cuidado con lo que se desea – James Clunie, gestor del Jupiter Global Absolute Return Fund
Una mañana en la que estábamos hablando junto a la máquina de café, mi responsable de riesgos me lanzó una advertencia: “Ten cuidado con lo que deseas, James”. Le había mencionado que el fondo probablemente se beneficiaría de la caída de las cotizaciones porque mantenía una correlación negativa con las bolsas. Naturalmente, no estaba deseando en realidad que los mercados cayeran, solo creía que nuestro fondo aguantaría bien un escenario así. Mi responsable de riesgos me recordaba, con razón, que generalmente los mercados a la baja no ayudan a la comunidad inversora.
Mi colega Ivan Kralj y yo nos esforzamos por no hacer lo siguiente: pensar en un posible escenario, posicionar el fondo para beneficiarse de él y después desear muy fuerte que ocurra. Pretender que la realidad se amolde a nuestros deseos puede provocar todo tipo de problemas. En lugar de eso, intentamos considerar muchos futuros posibles. No estructuramos el fondo en torno a una visión del mundo, sino que compramos, vendemos y tomamos posiciones cortas en valores atendiendo a un proceso racional, observamos los riesgos que asumimos en el conjunto de la cartera y después intentamos cubrir parte de los escenarios más aterradores. De esta forma, nuestro enfoque es «flexible». Realmente no deseamos nada, aunque ciertamente terminamos teniendo exposiciones a diferentes escenarios a resultas de nuestra selección de valores.
Actualmente, el fondo se beneficiaría de una rotación desde las acciones de crecimiento hacia las infravaloradas, de una rotación desde la bolsa estadounidense hacia otros mercados y de una caída general de las cotizaciones. Cuando analizamos los ciclos bursátiles anteriores, vemos que actualmente las acciones de crecimiento presentan valoraciones muy elevadas en términos históricos comparadas con las acciones infravaloradas, y lo mismo le ocurre a la renta variable estadounidense comparada con el resto del mundo. Por consiguiente, creemos que los riesgos que estamos asumiendo son sensatos. Tratamos de no desear nada, pero estamos muy atentos y tremendamente interesados en ver cómo se desarrollan los acontecimientos en los mercados.