ESMA destaca la mejora en la calidad del análisis y minimiza su efecto negativo en las Pymes
La Autoridad Europea de Valores y Mercados (ESMA), el regulador de los mercados de valores de la UE, ha publicado su segundo informe de Tendencias, Riesgos y Vulnerabilidades (TRV). El documento analiza el impacto del Covid-19 en los mercados financieros durante el primer semestre del año y destaca el riesgo de una posible disociación entre el desempeño de los mercados financiero y la actividad económica subyacente, lo que plantea la cuestión de la sostenibilidad del actual repunte del mercado.
El TRV también analiza los riesgos específicos para la estabilidad financiera y los inversores en relación con los riesgos relativos al modelo de obligaciones de préstamos garantizados (CLO), la interconexión y los efectos indirectos de la industria de fondos de la UE, la separación entre la investigación y los costes y el rendimiento de los fondos indexados. En su opinión, la reciente pandemia, en combinación con los riesgos de valoración destacados en las evaluaciones de riesgo anteriores de ESMA, han sido los principales culpables de las correcciones masivas en los mercados de valores durante el primer trimestre, mientras que en el segundo los mercados experimentaron un repunte notable, ayudados por las intervenciones políticas en el seno de la UE.
Entorno frágil
Sin embargo, el documento advierte de que los retornos en los mercados siguen siendo frágiles, por lo que ESMA mantiene su evaluación de riesgos, apostando por un período prolongado de riesgo para los inversores institucionales y minoristas de correcciones de mercado adicionales, posiblemente significativas. La medida en que estos riesgos se materialicen dependerá, a su juicio, de dos factores: el impacto económico de la pandemia y eventos externos adicionales en un entorno global ya de por sí delicado. El efecto sobre las empresas de la UE y su calidad crediticia, así como sobre las entidades de crédito, son motivo de especial preocupación, al igual que el creciente endeudamiento público y empresarial.
La sostenibilidad del reciente repunte del mercado también sigue siendo motivo de preocupación. Los mercados de renta variable se han disparado un 40% en la zona del euro desde el mínimo alcanzado a mediados de marzo, casi regresando a los niveles anteriores a la crisis, mientras que el FMI espera que el PIB caiga más del 10% en 2020, seguido de una recuperación del 6 % en 2021.
El documento detalla la evolución actual del mercado financiero en tres etapas: i) un período de liquidez y volatilidad (mediados de febrero a fines de marzo) en donde los mercados, los fondos de inversión y las infraestructuras afrontaron elevados niveles de estrés, ii) un período de recuperación (de principios a finales de abril) donde los mercados crecieron rápidamente gracias a la actuación política y iii) una etapa de diferenciación (a partir de principios de mayo), donde el riesgo de crédito y de solvencia pasó a primer plano, ya que los inversores comenzaron a diferenciar entre emisores y clases de activos en medio del deterioro continuo de los fundamentos económicos. Según el informe, en este contexto, los reguladores han comenzado a tomar medidas para promover la estabilidad, la protección de los inversores y la integridad del mercado.
MiFID II y el análisis bursátil
En relación a MiFID II, ESMA asegura que la normativa no ha generado, como estima la Comisión Europea, un perjuicio en el análisis de las compañías cotizadas, y afirma que el reciente aumento en el número de compañías que no tienen cobertura por parte de los analistas parece ser la continuación de una tendencia a largo plazo. En este sentido, desde ESMA se añade que la calidad en el análisis ha ido mejorando en los últimos años y subraya que no es destacable el efecto negativo que ha podido tener en las pequeñas y medianas empresas.
El documento tiene, también, una parte especial centrada en la interconexión y en los efectos secundarios en la industria de fondos de la UE. En su opinión, las turbulencias derivadas del Covid-19 han puesto de relieve los riesgos de estrés en todo el mercado, sobre todo para los fondos de inversión. En esta situación, los fondos expuestos a clases de activos menos líquidos tienen más probabilidades de verse afectados por perturbaciones originadas en otros mercados que los fondos invertidos en activos más líquidos.