¿Es comparable el problema bancario europeo al estadounidense?
De acuerdo a un análisis de Chris Iggo, CIO Core Investments de AXA IM y presidente del AXA IM Investment Institute, «no hay nada como una crisis financiera para agitar el fantasma de la deflación«.
Iggo explica que «la situación en Europa tiene elementos idiosincrásicos y sistémicos. Las autoridades suizas han tomado medidas para reforzar la confianza en su sistema financiero tras el problema de Credit Suisse. Los riesgos se centraban en la fuga de depósitos, pero también en los posibles riesgos de contagio para otros grandes bancos que son contrapartida en los mercados financieros«. Como indica Iggo, «en algunos círculos se están haciendo las inevitables comparaciones con 2008, pero la génesis de esta crisis está en los tipos de interés y la de la crisis financiera mundial fue una crisis crediticia. Sin embargo, es posible que nos encontremos en un momento del ciclo en el que la historia de los tipos de interés se transforme en una historia de crédito«.
Además, añade que «la rápida aparición de la inestabilidad financiera empeora las perspectivas de crecimiento y tenderá a favorecer las asignaciones defensivas, como las estrategias de renta fija«, señala Iggo, aunque advierte que, «las perspectivas para los mercados de crédito y de renta variable pueden llegar a complicarse […] Pero, a pesar del aumento de los riesgos financieros, los mercados de crédito ofrecen hoy aún más valor».
En cuanto al papel de los bancos centrales, Iggo señala que «la Reserva Federal no tiene el monopolio de las herramientas de liquidez, pero el BCE está bien situado para volver a poner en marcha operaciones de recompra a largo plazo si surgen problemas de liquidez«.
Por su parte, Gilles Moëc, economista jefe en AXA IM, ha indicado que «el problema bancario europeo es intrínsecamente diferente del estadounidense». Según declara Moëc, «el problema de Credit Suisse no es nuevo ni se ha visto especialmente afectado por la subida de los tipos de interés. De hecho, lo más probable es que tuviera problemas similares independientemente de las condiciones monetarias pero, dado el tamaño de CS, el problema es el contagio, con el riesgo de que se produzca una paralización de los préstamos interbancarios«. Por esa razón, comenta, «era primordial encontrar rápidamente una solución a CS, y esto es lo que se consiguió el domingo, con la absorción por parte de UBS, con el apoyo del banco central y del Gobierno. De hecho, la solución de UBS implica una depreciación de un segmento específico de los pasivos financieros de CS pero dejando intactos bonos de mayor prelación«.
«Hay muchas razones para preocuparse por el contagio de las actuales turbulencias bancarias a la economía real. Sin embargo, aún hay tiempo para mitigarlo en gran medida«, señala Möec, que explica: «Probablemente se justifique una mayor prudencia en el ritmo de endurecimiento de la política monetaria en curso, pero para que se materialice una pausa, los bancos centrales tendrían que estar convencidos de que las tensiones bancarias no han quedado circunscritas […] Una reducción de la originación de créditos posiblemente sea un paso inevitable para conseguir que la inflación aterrice adecuadamente«. Moëc advierte: «Esto puede desencadenar una recesión, pero desde el comienzo de la fase de endurecimiento hemos venido sosteniendo que, en general, los endurecimientos de las políticas acaban con una recesión».