El papel de los asesores en la reconstrucción de las carteras hacia la renta fija
Uno de los gestores financieros españoles más reconocidos a nivel mundial, Francisco García Paramés, fundador de Cobas AM, tiene entre sus frases más célebres una que dice que «la inversión es un negocio a largo plazo donde la paciencia marca la rentabilidad». Sin embargo, la realidad actual para muchos inversores es que el margen para esa prudencia parece estrecharse ante dos hechos que, con carácter general, han inundado los mercados: la fuerte corrección de muchos activos de renta variable y la escalada súbita de la inflación, que obliga a que las carteras deban ofrecer una mayor rentabilidad para, al menos, no perder dinero ni patrimonio. En esta complicada tesitura, los asesores tienen que saber conjugar los intereses de sus clientes con el propio escenario de incertidumbre, en el que la toma de decisiones (o el hecho de no realizar ninguna) marcará de manera decisiva el rédito del portfolio de inversiones en el futuro. En medio de este panorama, un salvavidas largo tiempo esperado, la renta fija, puede ser la esperanza a la que se aferren muchas carteras, a pesar de sus complicados años recientes.
La inflación ha venido para quedarse
El conflicto bélico entre Ucrania y Rusia fue un catalizador más en la escalada global de los precios que se ha venido produciendo en el mundo desde el final de las medidas económicas de envergadura para intentar contener el crecimiento en el número de contagios de coronavirus. La revitalización en tiempo récord del comercio derivó en un repunte feroz de las materias primas que ya en los últimos años habían experimentado un fuerte incremento gracias a la mayor incorporación y presencia internacional de países densamente poblados como China o India. En el caso europeo, la dependencia exterior energética ha afectado sobremanera los costes logísticos de muchas industrias, lo que no tardó en trasladarse a los precios de venta al consumidor final.
El resultado es que parece que la inflación va a convivir durante un tiempo largo en el planeta, lo que ha empujado a los bancos centrales a tomar medidas para cumplir con su primer mandato teórico, que es el control inflacionario en el entorno del 2%. Por parte del BCE, tal y como afirma Josep Soler, delegado ejecutivo de EFPA España, “esta vez no podrá renunciar a una cierta normalización de las condiciones monetarias a través de reducir las compras de deuda y empezar a subir tipos, si no quiere que la inflación se desboque aún más, y a pesar del riesgo de acelerar la contracción”.
En muy poco tiempo, ya se ha venido observando un repunte de los tipos de interés, cuyos primeros ecos datan de finales de 2021. Una agresividad por parte de los bancos centrales que parece que incluso irá a más en los próximos meses, teniendo como uno de los caballos ganadores a la renta fija. Solo en mayo, los fondos de renta fija lograron en España unas entradas netas de dinero de casi 1.500 millones de euros, acumulando alrededor de 6.500 millones en lo que va de año. Muchos gestores e inversores han puesto su foco en la renta fija, consciente de que, si en un contexto de volatilidad, se suelen producir mayores oportunidades de inversión, en la actual, la renta fija cuenta con un escenario muy favorable, con los rendimientos más elevados del último lustro.
El rol decisivo de los asesores
El presidente de EFPA España, Santiago Satrústegui, afirma que “el asesor tiene los conocimientos técnicos adecuados, está certificado y tiene las habilidades para conectar con los clientes y compartir con ellos el efecto emocional en situaciones como la actual, que pueden llevar a tomar malas decisiones de inversión”. Una aseveración que viene como anillo al dedo a la incertidumbre actual que se vive en los mercados, con un sinfín de dudas, como, por ejemplo, si hay que aumentar el peso de la renta fija en la cartera y en qué clase de producto.
De hecho, el inversor, inmerso en una sociedad hiperconectada, puede verse abrumado por un exceso de sobreinformación, por lo que precisa de la ayuda profesional que un asesor puede brindarle para sustentar la toma de decisiones adecuada en relación a la composición de la cartera. Por ejemplo, muchos expertos afirman que es crítico seguir a rajatabla los principios de inversión que guían la labor del profesional en los momentos menos negativos del ciclo. Pensando en el largo plazo, esto significa diversificar según el perfil de riesgo y los objetivos del inversor y aprender a convivir con la volatilidad y con las emociones que son propias de cualquier ser humano.
Qué están haciendo las gestoras en relación a la renta fija
El aumento en la importancia de la renta fija en muchas carteras es ya un hecho para un amplio abanico de especialistas financieros. Emilio Ortiz, director de inversiones de Mutuactivos, ha asegurado recientemente que “es probable que veamos los tipos en Europa en torno al 1% a finales de año y que se sitúen por encima del 1,5% en 2023”. Por ello, desde la gestora están reorientando sus carteras con más renta fija y posiciones muy seleccionadas en renta variable.
En el caso de Jupiter Asset Management, Ariel Bezalel, responsable de estrategia de renta fija de la entidad, ya ha advertido de que “aunque nos encontramos ante el periodo más difícil para los inversores en renta fija desde la década de 1980, estamos ilusionados con la oportunidad que se avecina para asegurar rendimientos en toda la renta fija a niveles que solo hemos visto de vez en cuando en los últimos 15 años”.