Los precios de los seguros de los bancos podrían aumentar hasta un 100%
Por Sergio Muñoz-Rojas, director de FINEX en Willis Towers Watson
Si bien la actual crisis por Coronavirus no sitúa a la banca en tan mala situación de solvencia como en la que se encontró en la hecatombe financiera de 2008, las previsiones de cara a 2021 no son muy halagüeñas. Como señaló pocos días atrás el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, “el deterioro del sector bancario está por llegar”, ya que se observa un desfase entre el golpe de la crisis a familias y empresas y el impacto de ésta en el sector bancario un deterioro de la rentabilidad que, en el caso de España, se debe a las provisiones. Del lado positivo: la banca española podrá acudir a su colchón de capital y las previsiones apuntan a que tendrá margen para cumplir con la exigencia de capital cuando pase la pandemia. Pero la situación del sector financiero en 2021 será complicada, y supone un reto importante para las compañías de seguros.
Nuestros últimos análisis al respecto señalan a un incremento de tasas de seguros para el Seguro Integral Bancario (BBB) de entre un 10% y un 100% para entidades con exposición en Estados Unidos, que cotizan en bolsa, o aquellas cuya siniestralidad ha sido mayor. Asimismo se observa que los aumentos de primas están siendo más significativos en las capas de exceso, ya que históricamente han estado infravaloradas en comparación con las capas primarias.
En general, las coberturas se mantienen estables, pero, en la mayoría de los países, incluido España, se están produciendo incrementos generalizados de las franquicias que afectan principalmente a las capas primarias y suponen un aumento de la tasa de retención del asegurado. Se observa asimismo un mayor escrutinio de los suscriptores al evaluar cada riesgo y su respectiva cobertura.
Impacto del Covid-19
La pandemia ha supuesto una clara aceleración del endurecimiento del mercado y se están empezando a incluir algunas exclusiones por insolvencia y Covid-19 para el manejo de las reclamaciones relacionadas con este tipo de pandemias en futuros períodos de póliza.
El impacto de la pandemia ha incrementado los problemas de liquidez y, como consecuencia, el número de impagos de préstamos. Un contexto que hace que muy pocas aseguradoras tengan en mente considerar la posibilidad de suscribir seguros primarios, y la falta de competencia ha llevado a una mayor presión sobre las retenciones, las primas y la cobertura.
Capacidad y siniestros
Los datos que manejamos apuntan a que se ha producido una disminución de la capacidad por parte de todas las grandes las aseguradoras, situándose en el entorno de entre los 10 y los 15 millones de euros.
Las capas primarias han pasado a ser un gran desafío debido a la limitación del apetitos por el riesgo de los mercados y, para los riesgos con gran historial de reclamaciones, la capacidad se ha reducido significativamente. Observamos también que las aseguradoras no están centradas activamente en el crecimiento y la suscripción de nuevos negocios, lo que dificulta encontrar capacidad para reemplazar las limitaciones de ciertos mercados a la hora de renovar estas pólizas.
Del lado de los siniestros, la volatilidad de los mercados está dando lugar a un incremento de los errores comerciales y las reclamaciones derivadas de la pérdida de existencias. A esto se suma el hecho de que la prevalencia de las estafas de ingeniería social o fraude al Ceo siguen aumentando, a medida que estas se hacen más sofisticadas y los estafadores tratan de monopolizar el actual entorno de trabajo desde el hogar. Para los bancos, la capacidad primaria para las pólizas de Responsabilidad Civil Profesional sigue siendo limitada, algunas aseguradoras se han vuelto más conservadoras en cuanto a su apetito y, por tanto, ejercen más presión sobre las franquicias y primas.
Nos encontramos en un momento en el que desde Willis Towers Watson predecimos que las duras condiciones actuales del mercado persistirán durante todo el año 2021. Quizá el sector financiero no se encuentre en una situación tan desafiante para las aseguradoras como pueden estarlo las líneas de daños materiales, responsabilidad civil, D&O o ciberriesgo en otros sectores, pero su situación dista de ser sencilla.
No obstante, y salvo que se produzcan nuevas catástrofes, esperamos que los aumentos de las tasas comiencen a moderarse -también en el sector bancario- y ser más predecibles a partir de mediados de este año. No esperamos, en ningún caso, un retorno precipitado a los precios blandos, pero sí empezar a ver cierta moderación hacia un nuevo equilibrio que proporcione a los clientes certeza y protección contra sus riesgos y la creciente volatilidad.