El dilema de los bancos centrales
Por Hans-Jörg Naumer, director de Global Capital Markets & Thematic Research de Allianz GI
Aunque la inflación de los precios al consumo se está ralentizando, en muchos países, las presiones subyacentes sobre los precios siguen siendo demasiado elevadas, en la mayoría de los casos por encima de la tasa objetivo del 2% que se marcan muchos bancos centrales. Para combatir la dinámica inflacionista y aliviar la extrema rigidez de los mercados laborales, los responsables de la política monetaria deberían endurecer sus medidas para enfriar la demanda. Frenar esta dinámica sin desencadenar una recesión o un colapso financiero es todo un reto. El dilema de los bancos centrales se complica por el hecho de que, aunque la economía esté resistiendo, existe una creciente probabilidad de que se produzca una recesión el próximo año. A medida que persisten las tensiones financieras, especialmente entre los bancos regionales estadounidenses y en el sector inmobiliario comercial, aumenta el riesgo de que se cometan errores de política monetaria.
Aunque nuestro índice Global Macro Breadth Growth Index subió por tercer mes consecutivo en abril, el incremento no fue generalizado, sino más bien impulsado por un número limitado de regiones y sectores. Los mejores datos macroeconómicos de China y la zona del euro se vieron compensados en cierta medida por los datos más débiles de Estados Unidos, Reino Unido y Japón. Mientras que el sector servicios disfrutó de un fuerte impulso, la actividad industrial y la producción siguieron siendo un lastre en la mayoría de los países.
Por el contrario, nuestro índice de inflación Macro Breadth bajó en abril por noveno mes consecutivo, pero la tendencia subyacente de los precios de bienes y servicios se mantuvo firme. La inflación subyacente siguió aumentando.
¿Qué pueden hacer los responsables de la política monetaria en este contexto?
La Fed preparó el terreno para una pausa en el ciclo de subidas de tipos en junio, y sitúa los tipos actualmente entre el 5 y el 5,25%. En cambio, esperamos que el Banco Central Europeo (BCE) y el Banco de Inglaterra (BoE) suban sus tipos otros 50 puntos básicos (pbs) cada uno de aquí a otoño. Los tres bancos centrales parecen dispuestos a mantener su línea de «más altos durante más tiempo» y a mantener estables sus tipos hasta bien entrado 2024, incluso si el entorno se vuelve algo recesivo.
Los recortes agresivos parecen prematuros, aunque los mercados de futuros los esperan para EE.UU. a partir de la segunda mitad de 2023. Si nos fijamos en el Banco de Japón, parece probable que el control de la curva de tipos se siga adaptando en lo que queda de año. En el siguiente paso, es posible que se ponga fin a los tipos negativos. En general, es probable que los mercados financieros mundiales desvíen su atención de la recuperación económica a corto plazo y se centren más en los mayores riesgos de recesión a medio plazo.
Claves de la semana
En este contexto, será interesante ver cómo evolucionan la actividad económica y la inflación subyacente. Sin embargo, durante la próxima semana solo tendremos algunos datos económicos importantes. No obstante, es probable que varios de ellos reciban una mayor atención y puedan dar pistas sobre la futura senda de la inflación y, además, aún no se puede descartar una recesión, sobre todo en Estados Unidos.
El lunes se publican los datos de producción industrial de la Unión Europea y el índice Empire Manufacturing de Estados Unidos, que el consenso espera que descienda notablemente.
El martes, los datos de China captarán nuestra atención. Se espera que la producción industrial y las ventas minoristas aumenten considerablemente en términos interanuales, resultados que serían alentadores no sólo para China, sino para la economía mundial en su conjunto. El índice ZEW de Alemania, que se basa en gran medida en encuestas a los participantes en los mercados financieros y se publicará el mismo día, recibirá probablemente mucha menos atención. Se espera que el índice siga los pasos del índice ifo y tienda al alza. El martes también se publicarán los datos de las ventas minoristas y la producción industrial de EE.UU., que parecen converger y que el consenso prevé que aumenten y se estanque, respectivamente.
El jueves, la atención se centrará en Estados Unidos, con la publicación de las solicitudes iniciales de subsidios, la encuesta de perspectivas empresariales del Banco de la Fed de Filadelfia y las ventas de viviendas existentes.
Por último, el viernes se publicará el índice de precios al productor alemán (IPP). Podría dar una señal importante sobre las tendencias de la inflación alemana, especialmente si las tasas interanuales siguen desacelerándose o si las tasas intermensuales se adentran en territorio negativo. Además, se publicará el índice GfK de confianza de los consumidores en Reino Unido. Veremos si se produce un «efecto coronación» que impulse el índice al alza.