El asesor financiero es transversal, puede trabajar en un banco, gestora, sociedad de valores o aseguradora
Santiago Satrústegui, vicepresidente de EFPA España, ha concedido una entrevista al diario 20minutos en la que ha defendido que la profesión de «asesor financiero es transversal. Puede trabajar en un banco, en una gestora, sociedad o agencia de valores, compañía de seguros… Puede hacer muy bien su trabajo desde cualquier posición». Considera también que el asesor «tiene un perfil muy específico, que en los últimos 15 años hemos intentado promover desde EFPA por la vía de la cualificación a través de un examen para la obtención de una certificación, que tiene que revalidar a los dos años, acreditar que ha seguido una formación continua, porque el mercado es muy cambiante y hay productos nuevos, y firmar un código ético para garantizar que anteponemos los intereses del cliente a los nuestros. La de asesor financiero es una profesión equivalente a la de un abogado, un médico, o un arquitecto, que tienen una responsabilidad respecto a lo que hacen.
Satrústegui afirma que el asesor financiero ha ido ganando en relevancia en la sociedad actual, pues «tiene mucho más protagonismo que hace unos años. Es un momento muy importante, porque gran parte de la población de España, y de otras partes del mundo, comienza a preocuparse por la rentabilidad de su patrimonio y de sus inversiones por varias razones: la longevidad, que nos indica que vamos a estar muchos años viviendo de nuestra pensión y de nuestros ahorros; las pensiones en sí mismas, que no van a poder mantener el nivel como hasta ahora, y la evolución de los mercados en los últimos 10 años, con unos tipos de interés muy bajos que han dejado los depósitos sin atractivo». En este sentido, considera que la ética debe ser parte importante en la actividad de un asesor financiero: «En el momento en el que consideras el asesoramiento financiero como una profesión que te va a acompañar a lo largo de tu vida, estás incluyendo una idea de plazo, y eso te hace ser mucho más responsable; la ética es la mejor estrategia«.
Entiende asimismo que la confianza del inversor ha sufrido un fuerte retroceso con todo lo que ha ocurrido en los años duros de la crisis económica. Señala que esa confianza no se ha recuperado; «estamos en unos niveles aún bastante bajos; después del shock tan grande que ha habido cuesta que la confianza regrese. Pero creo que se ha perdido una cierta ingenuidad, una especie de inocencia respecto al futuro; los inversores, en general, son muy conscientes de que hay muchos riesgos. La crisis nos ha llevado a enfrentarnos a los mercados de una forma más consciente del riesgo. Es una desconfianza positiva, de entender las cosas«.
El vicepresidente de EFPA España analiza cómo será el cliente del futuro, los llamados ‘millennials’: «Es una generación que va a ir menos al banco y la tecnología será la base de su relación con el mundo, ya no sólo con el ordenador, sino con los dispositivos móviles. Están más acostumbrados a buscar información por su cuenta. Luego, lógicamente, tendrá que aprender a invertir. El hecho de que tengan acceso a esa información no implica que la entienda; lo podrán hacer con un robot [asesoramiento financiero automático] o buscarán a alguien que se lo explique». En referencia a la posible amenaza que pueden suponer estos roboadvisors y la banca online opina que «el asesor financiero va a seguir teniendo un papel importante. Es positivo que haya opciones. Pero la gestión de las emociones, que es una de las partes importantes del asesoramiento financiero, está con esa persona que tienes al frente y que será capaz de entenderlas y gestionarlas ,y en base a eso te ayudará a tomar decisiones».