Capital Group anticipa qué puede pasar en el mercado tras MiFID II con el precedente de la RDR en Reino Unido
Capital Group ha celebrado en Madrid la primera edición del Día del Agente Financiero, un encuentro en el que se han tratado algunos de los temas que se encuentran de plena actualidad para el sector financiero y, particularmente, para los profesionales del asesoramiento. Con la mirada puesta en los efectos que tendrá la entrada en vigor de la Directiva MiFID II en enero de 2018, Capital Group ha invitado a Ian Horne, de New Model Adviser Citywire, quien ha detallado las consecuencias que ha tenido en el mercado británico la Retail Distribution Review (RDR), una norma que entró en vigor en 2013 y que tiene bastantes similitudes con la citada Directiva. Por tanto, salvando las distancias, lo ocurrido en Reino unido puede anticiparnos algunos de los efectos que MiFID II puede tener en España.
Con la llegada de la RDR, el número de asesores financieros se ha reducido casi a la mitad en Reino Unido, pasando de 40.000 a 22.000″
Uno de los primeros efectos de la RDR, según Horne, ha sido la drástica reducción del número de asesores financieros: “Antes de la RDR, en Reino Unido había unos 40.000 asesores financieros ahora hay en torno a 22.000, prácticamente la mitad; son menos, pero mejor cualificados y eso ha ayudado a mejorar su reputación, algo fundamental después de la pérdida de confianza de los clientes en el sector a raíz de la crisis”. Añade que la norma vino a hacer frente a una situación en la que “el nivel de asesoramiento no era bueno, pues el cliente no estaba en el centro de las decisiones de inversión. Sobre todo, porque muchas inversiones se hacían en función de las comisiones que el asesor iba a cobrar”, en vez de priorizar los intereses del cliente.
Horne señala que, con la llegada de la crisis financiera y viendo las exigencias que la RDR iba a introducir, muchos bancos eliminaron sus departamentos de asesoramiento o de banca privada y eso hizo que muchos profesionales vieran una oportunidad para crecer como asesores independientes. De hecho,” antes, la mayoría de los asesores eran agentes financieros vinculados a una entidad, mientras que ahora predominan los asesores independientes”, añade Horne.
A su juicio, los asesores tenían dos preocupaciones principales ante la llegada de la RDR: “obtener la cualificación requerida para poder ejercer (sobre todo los más veteranos) y cómo cobrar si se suprimían las comisiones, porque el público siempre había pensado que el asesoramiento era gratuito; finalmente, este aspecto no ha presentado demasiadas complicaciones, porque, si se explica bien y con honestidad, la mayoría de los clientes lo entienden”. Aunque, matiza, “es cierto que pudieron perder algún cliente, pero la mayor parte de los asesores han ganado clientes, porque han aprovechado que muchos ‘competidores’ han abandonado la actividad”.
Cree también que se ha producido una relativa caída en la retribución de los asesores en comparación con el sistema de comisiones y que los profesionales y empresas han ajustado bastante sus honorarios, pero niega que se haya producido ninguna guerra de precios: “La competencia está centrada en el cliente, no en los precios; la clave es cómo se relacionan con ellos, demostrarles que su servicio tiene valor y ayudarles a planificar sus inversiones para conseguir sus metas. Para esto, la gente no busca el precio más barato; incluso, a veces, pagar más les tranquiliza, porque se asocia lo caro con lo bueno”.