BNP Paribas AM: Las crecientes oportunidades de inversión en sostenibilidad en 2021
Por el equipo de especialistas de BNP Paribas Asset Management
Es evidente que la pandemia de 2020 ha provocado un ciclo de bajo crecimiento y elevado nivel de deuda, durante el cual el valor financiero añadido vendrá de la selección de títulos, y no tanto de la asignación de activos.
Pensamos que la pandemia podría provocar un reajuste más brusco y reforzar las innovaciones tecnológicas, las tendencias comerciales y los movimientos políticos, lo que llevará a cambios importantes en la actividad económica, las ganancias corporativas y, en última instancia, las valoraciones de los activos.
Un «cambio disruptivo», en otras palabras. Como inversores, nos preguntamos: ¿cómo afecta la aceleración de estas tendencias socioeconómicas a las empresas de todo el mundo y qué oportunidades de inversión ofrecen?
La evaluación de dichas oportunidades exige la aplicación de estrictos parámetros de selección de criterios medioambientales, sociales y de buen gobierno (ESG, por sus siglas en inglés). Este enfoque también está presente en nuestra elección de temas de inversión para gestionar “La Gran Inestabilidad” que también veremos en 2021.
Futuras oportunidades de inversión
Conforme avanzamos hacia una economía baja en carbono, se van consolidando la generación de energía eólica y solar y los biocombustibles, pero aún existe un importante potencial de crecimiento. La mejora de la tecnología de pilas de combustible es la clave para una electrificación eficiente.
La tendencia de descentralización de la producción de energía está creando oportunidades en las áreas de infraestructura, distribución y almacenamiento de energía, mientras que la digitalización contribuye a mejorar la eficiencia energética en la industria, la construcción y los hogares. Las medidas destinadas a aumentar el uso y la producción de hidrógeno verde podrían crear un mercado cuyo valor alcanzaría varios miles de millones de dólares.
El buen gobierno sigue siendo un tema candente. Los inversores han de estar atentos a la posibilidad de que se produzcan cambios radicales en el marco normativo y antimonopolio en el que operan las compañías y al impacto que tendrían dichos cambios en sus valoraciones.
Sanidad
La pandemia podría convertirse en un factor catalizador en lo que respecta a la disponibilidad, la cobertura y el coste de la asistencia sanitaria. También podría favorecer el mayor uso de tecnologías como la inteligencia artificial para desarrollar tratamientos y la innovación en la entrega de medicamentos y la miniaturización.
Prevemos un aumento del gasto sanitario para atender a problemas evidentes de capacidad y cobertura. Habrá un importante gasto simultáneo en los sectores biotecnológico y farmacéutico para luchar contra la pandemia con test, antivirales y, en última instancia, la vacuna.
Innovación y tecnología disruptiva
El teletrabajo se ha generalizado, impulsando la demanda de tecnología y soluciones innovadoras, desde la teleconferencia al acceso a la computación en la nube. El comercio electrónico ha despegado. Las posibilidades de la telemedicina generan cada vez más interés.
Los big data, la inteligencia artificial y el análisis de datos resultan cada vez más esenciales para gestionar la pandemia y resolver los principales interrogantes económicos, demográficos y sociales.
Renta variable china
En 2020, la economía china creció casi un 5%, sin que las autoridades tuvieran que recurrir a la aplicación de medidas de expansión cuantitativa para recortar los tipos de interés ni aumentar de forma excesiva la carga de la deuda pública con gastos de estímulo. El resto de las grandes economías registraron un descenso del crecimiento. No solo se espera que China continúe siendo la economía con mayor crecimiento del mundo, sino que además su mercado de renta variable alberga a numerosas empresas innovadoras.
Y, sin embargo, muchos inversores internacionales siguen infraponderados en el mercado chino. Es probable que, en el mundo pospandémico, los inversores opten por invertir expresamente en activos chinos. La fortaleza mostrada en 2020 por el renminbi es un reflejo de los flujos de capital extranjero que están entrando en los mercados de activos chinos. El rendimiento de la deuda emitida por el gobierno chino se sitúa actualmente en torno al 3%, muy por encima del que ofrecen las economías avanzadas.
Los principales proveedores de índices de renta fija y variable han incluido a China en sus mayores índices de mercados emergentes. En el nuevo orden mundial, China ofrece oportunidades a los inversores.
Sostenibilidad: los índices ESG vuelven a superar a los índices tradicionales
El año 2020 puso por, primera vez, a prueba a los índices de renta variable de factores ESG en un mercado bajista, y estos respondieron sin reducir su rendimiento, frente a los índices de referencia tradicionales. Fue una prueba decisiva, porque se trataba de la primera caída importante del mercado que realmente cuestionaba el rendimiento y la capacidad de resistencia de las inversiones de renta variable basadas en criterios ESG.
Los índices World Socially Responsible y World ESG han superado a los índices tradicionales de renta variable global en los últimos tres años (véanse gráficos 7 y 8). Pensamos que estos resultados reflejan la fuerte correlación entre las puntuaciones ESG y las compañías de calidad, ya que las compañías bien gestionadas que muestran capacidad de resistencia también han logrado superar a los índices durante el mercado bajista.


Rápido crecimiento del mercado de bonos verdes
Desde principios de año hasta el 30 de octubre de 2020, la emisión acumulada total de bonos verdes/sociales/sostenibles superó el billón de dólares, alcanzando en torno a los 1,17 billones.
A finales de octubre, la emisión total de bonos verdes se situaba en torno a los 403.800 millones de dólares. A dos meses del final de año, la emisión mundial de bonos verdes en 2020 ya ha superado la cifra registrada en 2019, que alcanzó los 274.000 millones de dólares.
Factores impulsores de la inversión sostenible
Europa prevé que el mercado de bonos verdes continúe creciendo en 2021. De aprobarse íntegramente, el Fondo de Recuperación y Resiliencia, que trata de mitigar el impacto social y económico de la pandemia, podría contribuir a ampliar de forma sustancial las políticas de inversión pública verde. El Fondo impulsaría la inversión pública verde a través de programas de empleo aplicables en toda la eurozona, lo que podría crear oportunidades de inversión en el sector de la sostenibilidad conforme los países vayan poniendo en marcha medidas de política ecológica.
La deuda soberana europea continúa liderando la emisión de deuda soberana
Nuestros equipos de renta fija esperan que en la primera mitad de 2021 se produzca la primera emisión de bonos verdes en Italia (3.000-5.000 millones de euros), Reino Unido (5.000-7.000 millones de libras) y Dinamarca (equivalente a 1.000-2.000 millones de euros). También se prevé una nueva emisión de bonos verdes en Francia (5.000-7.000 millones de euros) y Alemania (4.000-6.000 millones de euros). El vencimiento fijado para la mayor parte de los bonos verdes emitidos, aparte de la última emisión de deuda soberana alemana, ha sido de diez años o más, por lo que pensamos que la emisión de 2021 podría contemplar un plazo similar.
El decimocuarto plan quinquenal de China ofrecerá un mayor grado de detalle
La Unión Europea celebró el compromiso de China de lograr la neutralidad de carbono en 2060, lo que calificó como un paso muy positivo. El decimocuarto plan quinquenal que China aprobará en marzo de 2021 podría ofrecer más detalles sobre la forma en la que el país pretende reducir su consumo de electricidad generada por carbón. Si es así, podrían surgir numerosas oportunidades de inversión en renta variable del sector de las energías renovables.
Los bancos centrales analizan el riesgo de cambio climático en relación con la estabilidad de los precios
Los bancos centrales continúan debatiendo sobre su función en la reducción del riesgo de cambio climático, planteando interrogantes que van desde el impacto de dicho riesgo sobre la estabilidad de los precios a la adopción de medidas concretas destinadas a favorecer la sostenibilidad medioambiental.
La intensidad y el alcance de su postura depende del mandato del banco central en cuestión; el Banco de Inglaterra prevé la inclusión de criterios climáticos en las pruebas de solvencia a las que son sometidas las entidades bancarias. El BCE se está planteando adaptar las herramientas tradicionales de los bancos centrales, de forma que les permitan trabajar para reducir el riesgo climático.
Christine Lagarde, presidenta de la entidad, ha señalado que el BCE podría plantearse la conveniencia y utilidad de poner en marcha un programa «verde» de operaciones de financiación a plazo más largo con objetivo específico (TLTRO, por sus siglas en inglés). Más de 80 bancos centrales, supervisores financieros y otras autoridades se han incorporado a la Red para la Ecologización del Sistema Financiero, cifra que podría aumentar en 2021.
La transición energética
Tal y como demuestra el anuncio de China, que se ha propuesto alcanzar la neutralidad de carbono en 2060, el diálogo internacional sobre la lucha contra el cambio climático se centra ahora en el objetivo de llegar a cero emisiones netas en 2050. Así, muchas empresas importantes, propietarios de activos y un número cada vez mayor de gobiernos están fijando objetivos de reducción de carbono, lo que podría acelerar la transición energética y favorecer a los proveedores de fuentes de energía renovables y de soluciones de baterías y electrificación, entre otros.
Tal y como hemos señalado en un informe reciente, pensamos que el hidrógeno verde es una tecnología clave para alcanzar el objetivo de cero emisiones netas en 2050. Será necesario establecer regímenes de fijación de precios del carbono en todo el mundo para dar visibilidad comercial al hidrógeno verde, primero como materia prima y posteriormente como alternativa al gas natural y el petróleo.
El incremento de la producción y distribución de hidrógeno verde, inicialmente en la UE, exigirá la creación de una industria prácticamente desde cero a un coste de miles de millones de dólares a lo largo de varios decenios. Esta evolución se producirá en una escala similar a la proliferación de la generación de energía solar y eólica, y promete ofrecer numerosas oportunidades de inversión igualmente atractivas.
Se prevé que este mercado alcance los 150.000 millones de dólares en 2030, e incluirá la construcción de miles de estaciones de servicio y la producción de automóviles de pila de combustible en sustitución de los vehículos con motor de combustión.
Sostenibilidad igual a resiliencia
Pensamos que esta y otras áreas relacionadas con la sostenibilidad ofrecerán en 2021 numerosas oportunidades de inversión en aquellas compañías de alta calidad que estén mejor posicionadas para llevar a cabo la transición hacia una economía con bajas emisiones de carbono, inclusiva y medioambientalmente sostenible.
La adopción de una perspectiva a largo plazo y la identificación de inversiones que resulten resilientes y que aborden la gran inestabilidad propia de nuestro tiempo resultan esenciales para obtener un rendimiento duradero sostenible.