AXA IM indica que el BCE «aún tiene que finalizar su enfoque» y apela una vez más a la prudencia
Por Chris Iggo, CIO Core Investments de AXA Investment Managers y presidente del AXA Investment Institute
Creo que una hoja de ruta a seguir es reconocer que actualmente hay valor en muchas partes de los mercados, pero no como para lanzarse a estar completamente invertido todavía. En partes de la renta fija, los rendimientos están en máximos de varios años. Comprar bonos de high yield en el rango de vencimiento de 3 a 5 años con rendimientos alcanzables del 7% al 8% parece atractivo si creemos que la inflación va a caer desde sus niveles actuales. Los rendimientos deben ser más altos que la inflación al vencimiento de la inversión. Pero, a corto plazo, la Fed todavía está moviéndose y está jugando duro.
Los bancos centrales están lejos de declarar la victoria sobre la inflación. Necesitan que la demanda disminuya. Necesitan una recesión. El mercado de bonos cree que la inflación eventualmente caerá, pero el mensaje es claro. A corto plazo, los tipos siguen subiendo. Lo mejor es restringir la exposición al riesgo y beneficiarse de mayores rentabilidades a corto plazo. Hay que ser paciente hasta que el ciclo de tipos alcance su punto máximo.
Por lo tanto, sería prudente esperar y recibir pagos con rentabilidades algo más bajas con menos riesgo, o seguir teniendo bonos ligados a la inflación a corto plazo para recibir una inflación más alta de lo que pensábamos que iba a ser hace solo unos meses. La otra conclusión es permanecer largos en dólares estadounidenses. El índice del dólar está en un máximo de 20 años, pero, aparte de los japoneses, a nadie le importa realmente. No parece haber un nuevo ‘Acuerdo del Plaza’ a la vuelta de la esquina.
Por otro lado, los contrastes entre Estados Unidos y Europa son marcados. Nos hemos estado reuniendo con economistas y estrategas esta semana para nuestras reuniones de estrategia trimestrales y un mensaje claro es que la economía de Estados Unidos se mantiene fuerte y llevará tiempo y más subidas de tipos para desencadenar el proceso de impulso negativo. El gasto de los consumidores y las empresas debe reducirse, pero los balances siguen en buena forma. Eventualmente, la demanda de mano de obra se desacelerará a medida que las empresas respondan a un crecimiento más lento de las ventas y los beneficios. Después de eso, se activa el círculo vicioso del aumento del desempleo y la desaceleración del gasto. Eso aún podría tardar meses o trimestres. Mientras tanto, la Fed podría subir los tipos hasta el 5%.
En resumen, es probable que Estados Unidos se encuentre en una posición más saludable en cuanto al crecimiento en este momento en comparación con Europa. El BCE va por detrás de la Fed y su política parece estar impulsada por la necesidad de aplastar las expectativas inflacionarias, incluso cuando existen claros riesgos a la baja para la actividad. La situación energética también es diferente. Estados Unidos es autosuficiente, Europa lucha por adaptarse a no tener gas ruso. El plan también es reducir a cero las importaciones de petróleo ruso a principios del próximo año, lo que podría exacerbar la crisis energética. Es un mal augurio para el crecimiento en Europa. Eso también significa sectores corporativos más débiles en relación con Estados Unidos, donde los balances y el apalancamiento se mantienen cómodos.
El BCE aún tiene que finalizar su enfoque. En todas sus formas, éste constituye alguna forma de ajuste monetario incluso si los efectos no se comprenden bien y pueden diferir. El proceso probablemente no sea solo una imagen especular de QE (Expansión Cuantitativa), sino que, en igualdad de condiciones, contribuirá a ejercer cierta presión alcista sobre los tipos o los rendimientos en algún lugar de la curva. Sin embargo, no puedo dejar de notar que, durante la QE, los bancos centrales estaban comprando bonos cuando estaban caros (los rendimientos eran bajos) y ahora están vendiendo bonos cuando están baratos (los rendimientos son más altos).