Amundi señala que «Italia nada en aguas inciertas ante la dimisión de Mario Draghi»
Por Monica Defend, directora del Amundi Institute; Annalisa Usardi, senior Macro Strategist; y Cosimo Marasciulo, head of Fixed Income Absolute Return. Amundi Asset Management
Es poco probable una crisis de gobierno en Italia. Unas elecciones anticipadas es el resultado más probable. El Primer Ministro Draghi seguiría al frente de un gobierno provisional, hasta que se forme uno nuevo tras las elecciones, pero es evidente que la acción del gobierno será limitada y sólo podrá ocuparse de las actividades rutinarias.
- Consecuencias económicas: el proyecto de ley presupuestaria debe enviarse a la Comisión Europea a mediados de octubre para su aprobación. Si las elecciones se celebran a finales de septiembre, es poco probable que se forme un gobierno para supervisar el proceso de acuerdo con estos plazos (recientemente, la formación de un gobierno tardó varias semanas después de las elecciones). Este escenario podría significar que el presupuesto de 2022 se prorrogue a 2023. Esto sería claramente negativo para el crecimiento, ya que no podrían activarse medidas anticíclicas y de apoyo fiscal en caso necesario. Además, Italia tiene que llevar a cabo una serie de reformas para poder acceder a los fondos del NGEU. Sin embargo, algunas de estas reformas podrían estar al alcance de un gobierno provisional para evitar cualquier retraso en el desembolso del NGEU de 2023 que podría afectar negativamente al crecimiento potencial.
- Consecuencias para la inversión: a pesar de la reciente inestabilidad política y de la audaz medida del BCE de subir los tipos en 50 pb, la reacción del mercado sobre los BTP italianos ha sido limitada. El nuevo Instrumento para la Protección de la Transmisión (TPI), que incluye la elegibilidad de la deuda pública y privada, ha aliviado temporalmente la presión sobre los BTP. Los inversores parecen haberlo valorado como una nueva y potente herramienta, que fue aprobada por unanimidad. Sin embargo, creemos que la incertidumbre y la volatilidad sobre los BTP seguirán siendo elevadas en las próximas semanas. Es difícil imaginar que el BCE utilizará su nueva herramienta para hacer frente a los riesgos específicos de cada país derivados de la agitación política. La condicionalidad incluida en el TPI, por ejemplo el cumplimiento explícito de los compromisos presentados en los Planes de Recuperación y Resiliencia o la referencia a la sostenibilidad fiscal, establece claramente que el objetivo de la herramienta es limitar el impacto negativo de la subida de tipos sobre las condiciones financieras. Por lo tanto, mantenemos una exposición neutral a los BTPs, y buscamos mejores puntos de entrada y/o una perspectiva más clara en relación con el calendario electoral.