Allianz GI: Cinco formas en que el coronavirus podría cambiar lo que pensamos sobre la sostenibilidad
Por Eugenia Jackson, Head of ESG Research, Allianz Global Investors
La pandemia del coronavirus ha logrado una reacción extraordinaria de los gobiernos, las ONGs, las empresas, los profesionales de la salud y los ciudadanos. Podría decirse que este período de crisis también ha puesto de manifiesto vulnerabilidades en nuestras economías y en los sistemas de los que todos dependemos. De cara al futuro, creemos que los inversores utilizarán cada vez más la sostenibilidad como punto de referencia para destacar los principales riesgos globales y poner a prueba la resiliencia de las empresas y los sistemas. Los factores ambientales, sociales y de gobierno corporativo (ASG) serán aún más importantes para evaluar la capacidad de las corporaciones y los gobiernos para capear una crisis de esta escala. Nuestro equipo de sostenibilidad ha identificado cinco formas en las que esta crisis puede cambiar las prioridades para las empresas y los inversores.
- Las personas podrían buscar una mayor seguridad financiera y un mejor acceso a la atención sanitaria
La crisis del coronavirus ha demostrado a las personas cómo de rápido se pueden poner sus vidas patas arriba, y la impotencia que pueden sentir ante este tipo de desafíos. Muchos ciudadanos están experimentando la pérdida repentina de la capacidad de obtener un ingreso, lo que puede conducir a que haya un mayor énfasis en los seguros, las inversiones y los ahorros para casos imprevistos. El brote también ha demostrado la fragilidad de la vida, lo que podría llevar a las personas a centrarse más en una vida saludable y en la importancia de un buen sistema de salud.
Hasta ahora, algunos temas urgentes relacionados con la salud no se han solucionado debido a la preocupación por los altos costes. Pero después de esta crisis, las sociedades probablemente exigirán que sus gobiernos sostengan un modelo de salud adecuado. A su vez, los gobiernos pedirán apoyo a sus ciudadanos, tanto financieramente como mediante cambios en el comportamiento, como opciones alimentarias más saludables, un mayor enfoque en la higiene y mayor ejercicio. Independientemente de cómo se manifiesten estos cambios de comportamiento, creemos que los sistemas de salud serán cada vez más importantes en la vida diaria, y esperamos que las personas exijan un mejor acceso a una atención sanitaria de alta calidad.
- Las cadenas de suministro podrían acortarse; el trabajo remoto podría convertirse en la norma
Muchas empresas internacionales ya estaban reconsiderando la huella geográfica de sus procesos de producción y adoptando más cadenas de suministro locales, en parte debido a las tensiones geopolíticas. Es probable que el brote de coronavirus acelere este proceso, alimentando la tendencia hacia cadenas de suministro más sencillas que sean más fáciles de controlar para las empresas. A medida que las empresas se vuelven más «locales», también pueden poner un mayor énfasis en las relaciones comunitarias, lo que debería fomentar un comportamiento más responsable y prácticas más sostenibles que mejorarán el valor de la marca y la lealtad de los clientes.
Además, las empresas querrán mostrar cómo afrontarán circunstancias similares en el futuro. Pueden tratar de formalizar la infraestructura necesaria para que los empleados trabajen y colaboren desde casa y traten con los clientes sin reunirse cara a cara. El reconocimiento de que gran parte de la actividad comercial, la socialización y el aprendizaje pueden llevarse a cabo de forma remota, debe ayudar a las empresas que apoyan estas actividades; el turismo también puede verse afectado. Si bien es probable que haya demanda de herramientas de colaboración «virtuales» mejoradas, las empresas querrán duplicar la ciberseguridad y la seguridad de los datos a medida que nuestras vidas pasan a ser cada vez más digitales.
- Es probable que la gestión del capital humano, las relaciones laborales y el centrarse en el cliente pasen a un primer plano
Es probable que las organizaciones sean juzgadas por la forma en que tratan a los empleados durante la crisis, en particular las empresas que se han aprovechado del apoyo financiero del gobierno. Las cuestiones relacionadas con la seguridad laboral y las condiciones de empleo (por ejemplo, salarios, protecciones y beneficios, incluida la atención sanitaria) serán objeto de escrutinio, y será relativamente fácil comparar los enfoques de las diferentes empresas. Aquellas que no cumplan con la calificación necesaria podrían sufrir daños reputacionales duraderos, lo que disuadiría a clientes e inversores. Además, podrían perder la motivación y el compromiso de los empleados.
Si bien el comportamiento en esencia de los consumidores puede no cambiar por la crisis, las empresas que están tomando medidas proactivas para apoyar a sus clientes y mantener las relaciones podrían ser las más resistentes después de la crisis. Es probable que la tendencia a largo plazo de los consumidores que apoyan a las empresas locales, las marcas locales de mayor calidad, el abastecimiento local y la producción más cerca del hogar se acelere a medida que la gente se dé cuenta de que es viable un gasto reducido y más centrado.
- El gobierno corporativo estará bajo un gran escrutinio
Se espera que las empresas presten mayor atención a la distribución de su capital. Esto tendrá implicaciones para el uso de mecanismos de excedente de capital (por ejemplo, recompra de acciones y dividendos), así como para medir, evaluar y remunerar el rendimiento de la gestión. Es probable que los inversores quieran considerar las estrategias de las empresas caso por caso, al tiempo que reconocen que cualquier suspensión o reducción de los pagos de dividendos (por ejemplo) también perjudicaría a los ahorradores de pensiones, a los titulares de pólizas y a otros inversores minoristas.
Es probable que las responsabilidades del equipo directivo se sometan a un escrutinio, incluyendo cómo se consideraron los intereses de los empleados, proveedores, clientes y otras partes interesadas en la respuesta de la empresa ante la crisis. Esperamos ver un aumento del papel que juegan las empresas en la sociedad, y un énfasis en dar prioridad a todos los grupos de interés, no sólo a los accionistas. En un ámbito más del día a día, las empresas probablemente revisarán indicadores clave de desempeño y otros objetivos de incentivos para asegurar que las compensaciones del equipo directivo reflejan la experiencia de los accionistas.
- Cualquier retroceso en cuestiones ambientales será efímero
Las cuestiones ambientales y climáticas pueden postergarse a medida que los países prioricen la recuperación económica inmediatamente después de la crisis. Sin embargo, es probable que estos temas, que han dominado la agenda de los inversores en los últimos años, vuelvan a la cima de la agenda en poco tiempo. Los beneficios medioambientales de la desaceleración de la actividad económica, como el aire más limpio, el agua más limpia y el menor tráfico, se calcularán, cuantificarán y verán a la luz. Esperamos que estos datos ofrezcan incentivos para que los gobiernos y las empresas desarrollen estrategias para reducir el impacto ambiental de la actividad económica.
La crisis y el consiguiente aumento de la deuda pública probablemente retrasarán el Acuerdo Verde de la Unión Europea a medida que los países prioricen la recuperación económica, en particular aquellos con niveles de deuda históricamente altos y que van hacia una crisis. Sin embargo, existe una fuerte probabilidad de que el brote de coronavirus pueda marcar el inicio de una ola de inversiones verdes, ya que muchos países ya han hecho promesas de carbono cero y probablemente harán inversiones posteriores a la crisis en infraestructuras y servicios públicos teniendo en cuenta factores verdes. Por ejemplo, existe un consenso creciente en los Estados Unidos en torno a un plan de estímulo de infraestructuras multimillonario que probablemente incluiría disposiciones respetuosas con el medio ambiente, como mejorar el suministro y la eficiencia del sistema de agua, y la construcción de infraestructuras de energía renovable.
La respuesta mundial al coronavirus muestra que los gobiernos pueden responder con determinación y contundencia cuando se enfrentan a una amenaza existencial. Es probable que los ciudadanos exijan el mismo esfuerzo coordinado para abordar el cambio climático.