Abante Asesores cree que las políticas monetarias ya no bastan y pide medidas fiscales expansivas
En su análisis trimestral de mercados, Abante Asesores pone de manifiesto el buen comportamiento que se ha registrado en los meses estivales y avanza su visión del último tramo del año. Tras las previsiones a la baja del crecimiento en las principales economías mundiales, Abante Asesores llega a la conclusión de que son necesarias políticas fiscales expansivas tras el agotamiento de las políticas monetarias actuales.
Después de un trimestre razonablemente tranquilo, en el que julio fue un mes muy bueno -de recuperación tras el brexit-, mientras que agosto y septiembre fueron algo más planos, y en el que los bancos, pese a un septiembre flojo por las dudas sobre Deutsche Bank, cerraron con comportamiento relativo positivo, comenzamos los tres últimos meses del año con la revisión del crecimiento económico del FMI para 2016 y 2017.
Esta institución prevé un crecimiento mundial del 3,1% para este año y del 3,4% para el año que viene. EEUU ha sido la gran sorpresa de esta revisión, con una rebaja del crecimiento esperado de seis y tres décimas respectivamente. En el lado positivo, España consigue mejorar cinco décimas este ejercicio, hasta el 3,1%, y una para el próximo, cuando se espera un incremento del PIB del 2,2%.
Si se produce un cambio de tendencia, el movimiento podría provocar bastante daño en carteras más bien prudentes»
El avance de las economías desarrolladas, estima ahora el FMI, será del 1,6% en 2016, dos décimas menos que en su revisión de julio y tres décimas menos que en su revisión de abril.
En distintos ámbitos –políticos, económicos, organismos supranacionales, incluso algunos bancos centrales- se empieza a debatir abiertamente sobre el agotamiento de las políticas monetarias actuales, y la necesidad de dar paso a políticas fiscales expansivas que sean capaces de revigorizar el débil crecimiento de las principales economías.
¿Cambio en las preferencias de los inversores?
Mirando lo que está pasando a nivel sectorial en las bolsas y lo que se percibe en los bonos de gobierno últimamente, los inversores parecen estar cambiando las preferencias que venían mostrando desde hace mucho tiempo.
Los mercados han estado primando la tesis deflacionista, comprando bonos de gobierno, sectores defensivos y empresas con alta rentabilidad por dividendo. Estas últimas semanas, sin embargo, y puede tener que ver con la esperanza de nuevos estímulos fiscales que efectivamente lleguen a la economía real, los tipos de los bonos de gobierno están empezando a subir –los bancos también- y esos sectores más defensivos están quedándose atrás.
Suele decirse que los mercados anticipan unos meses lo que luego nos trae la realidad económica. De momento es pronto para aventurar si es un cambio de tendencia o un simple rebote desde niveles muy castigados. Lo que sí nos parece claro, al menos, es la percepción que tenemos después de hablar con muchos gestores e inversores, de que si se produce un cambio de tendencia –las tires de los bonos siguen subiendo y los sectores defensivos cayendo- el movimiento podría provocar bastante daño, al encontrarse la mayoría de los gestores poco invertidos y con carteras más bien prudentes.
Centrándonos en los distintos activos financieros, en renta fija seguimos observando, fundamentalmente en Europa y Japón, tipos de interés muy bajos. El riesgo del activo –sobre todo en los bonos que ofrecen rentabilidad negativa- creemos que es asimétrico, con poco que ganar y mucho que perder, más aún si lo que se avecinan son políticas fiscales laxas.
Las mejores oportunidades a medio plazo las seguimos viendo en renta variable. Japón, Europa y las bolsas emergentes ofrecen valoraciones atractivas. Continuamos infraponderando Estados Unidos, dado que tiene una valoración más ajustada.