Millennials y fintech, motores del cambio en la cultura financiera
Alexandre Lima, executive manager de mooverang
Se habla mucho de fintech últimamente y es que, después de muchos años de conformismo con lo establecido en el sector bancario, están ocurriendo grandes cambios. Y esos cambios están impulsados por las nuevas tecnologías. Es cierto que nunca fueron tan accesibles, tan baratas y fáciles de implementar. Internet, el Cloud, las herramientas de business intelligence… una startup española tiene hoy fácilmente acceso a las mismas tecnologías que en EEUU o Japón.
Pero la tecnología no es la única cosa que impulsa el movimiento fintech porque los bancos también tienen acceso a estas nuevas tecnologías. Hay algo más allá del tema tecnológico y es algo cultural. Las fintech utilizan la tecnología para proponer productos y servicios financieros de una forma distinta. Buscan hacer negocio de una manera diferente a la que nos han acostumbrado los bancos tradicionales y que se ha materializado en la crisis financiera que estalló en 2008. La influencia de la crisis financiera es indiscutible y el daño en la percepción que tenemos a día de hoy en los bancos ha sido bastante grande.
Dos elementos sostienen la “cultura fintech”. El primero, los aprendizajes de la crisis financiera y de las malas prácticas de los bancos tradicionales. De ahí nació la idea de que se pueden hacer las cosas de manera diferente. Más transparencia, más simplicidad, más respeto hacia el cliente y sus intereses… todos son elementos claves de los modelos fintech. Así las empresas fintech trabajan en vertical, es decir, concentran su actividad en una línea de negocio en concreto (cambio de divisas, pagos por móvil, agregador de cuentas…) con un producto único y lo más claro posible. Gracias a estructuras de funcionamiento más pequeñas y con menos costes fijos también pueden ofrecer precios más ajustados, lo que contribuye a un sentimiento de un modelo más justo.
El otro elemento son los nuevos modelos de consumo y los conceptos de vida abrazados por los “millenials”. Los cada vez más jóvenes consumidores de productos financieros nacieron en un mundo altamente digital que condiciona mucho su manera de vivir y de consumir productos y servicios. Las empresas necesitan adaptarse a esta nueva realidad y las fintech nacieron con esa conciencia. Dan gran importancia a la experiencia de usuario, productos y servicios flexibles, responsabilidad social y sostenibilidad de las actividades… todos estos valores forman parte de lo que un millenial busca (y encuentra en las Fintech). Otros elementos de la cultura digital son la movilidad y la rapidez, todo se tiene que poder hacer desde el móvil en tiempo real.
Evitar reproducir los errores de los bancos tradicionales y adaptarse a las necesidades de los nuevos consumidores son los elementos claves que sostienen el desarrollo de las fintech. Transparencia, sostenibilidad, experiencia de usuario, flexibilidad o responsabilidad son algunos de los nuevos valores que están por detrás de las iniciativas fintech, como también pasa en otros sectores económicos. Por eso a los bancos tradicionales les cuesta tanto ser “fintech” porque tener dinero para implementar una tecnología es una cosa, cambiar de cultura es otra… mucho más difícil.